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SUPERVIVENCIA

Microrrelatos

Por Patricia Díaz Santos (Barcelona)

Di positivo en el maldito virus que había puesto el mundo patas arriba. Me tuve que confinar en el destartalado desván para pasar la cuarentena.

Cuando subí miré detenidamente la estancia. La vista se me paró en una caja de madera que no recordaba que estuviera allí. La había confeccionado para entrenar la nariz y poder entender el lenguaje del vino.

La fiebre me subía. La tos me ahogaba. Abrí la caja y me emborraché del olor a regaliz, bergamota y lavanda. Entonces me aparecieron pensamientos de supervivencia, de días alegres regados de vino y sol. Y así sobreviví.