OBEDIENTES
Por Chapman (seudónimo) (Badajoz)
Todo el pueblo sabía que mi padre tenía malas pulgas. Solía repetir de malos modos, que nadie tenía derecho a interrumpir a un hombre cuando bebía un buen vino. Nuestro vino era muy bueno y ni mi madre ni yo, por obedientes, nos atrevimos a ayudarle a salir cuando cayó dentro de la tinaja del Reserva.