TODO TIENE LÓGICA de Jesús Orlando Gelvez Ruiz
Cada fin de mes, todo el pueblo quedaba boquiabierto en la congregación al ver a Don Antonio comulgar en el Monasterio. No era porque fuera un santo o algo así, sino más bien porque todos conocíamos las 7 amantes que tenía fuera de su matrimonio.
Después de pensar tantos años el motivo, entendí por qué el Fraile nunca le recriminó. Antonio era agricultor, poseía los mejores viñedos, dejaba la mejor cosecha a los monjes, entonces todo se convierte en una relación simple e inversamente proporcional: «No hay monasterio sin vino, ni vino sin pecado».